Hiram Vivanco
Dice que ese es el rol que las nuevas generaciones de docenes deben esforzarse por mantener. En esta entrevista, habla del importante rol que cumple SONAPLES, de su alejamiento de la directiva y de su pasión por enseñar.
Hiram Vivanco: “Un instructor es el que enseña cosas; el maestro, el profesor, es quien forma personas”
Haber contribuido al crecimiento y desarrollo de varias generaciones de profesores y académicos de lingüística y de lenguas extranjeras es uno de los mayores orgullos del profesor Hiram Vivanco, quien recientemente, y después de varias décadas, dejó el directorio de nuestra institución.
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Fue una suerte de paso al costado, asegura, “para dejar lugar a los más jóvenes” que lo mantendrá, por primera vez desde 1978, alejado de la primera línea de SONAPLES. Lo que no dejará de hacer, sin embargo, son las clases que imparte en la Universidad de Chile, casa de estudios con la que mantiene un lazo que nació a comienzos de los ’60 cuando, después de egresar del Instituto Nacional, entró a estudiar la carrera de Pedagogía en Inglés en el ahora ex Pedagógico.
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“Como dicen, podría irme tranquilo para la casa, pero me cuesta. Tengo 79 años y sigo haciendo clases en la universidad en el pre y postgrado. En este momento soy miembro de la Comisión de Evaluación de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad, donde cumplo una función que va más allá de la lingüística y eso es por la experiencia que uno ha ido adquiriendo, como profesor y como directivo, porque también fui director del Departamento de Lingüística y vicepresidente del Senado de la Universidad de Chile. Entonces, hay también un reconocimiento a la experiencia que obviamente se gana con el tiempo”.
Es un vínculo que tampoco perdió cuando, en plena época del hipismo, viajó a Estados Unidos para cursar un magíster en Lingüística Aplicada en la prestigiosa Universidad de Michigan, “que en ese momento era el centro de difusión de la enseñanza de las lenguas”.
¿De dónde surgió su gusto por las lenguas extranjeras y por enseñar? Hiram Vivanco recuerda que todavía siendo escolar asistía a los cursos que impartía el Instituto Británico, que en esa época estaba en la calle Miraflores. Ese interés por la lengua inglesa, dice, lo adquirió desde pequeño junto a una vocación docente que heredó de su familia.
“Tengo abuelos, un tío y una hermana que fueron profesores. Mi padre era profesor normalista y cuando se tituló lo designaron a una escuela rural que curiosamente estaba en la calle Manuel Montt, a tres cuadras de Providencia, por ahí por 1920. Después quiso hacer clases en la educación secundaria y entró al Pedagógico de la Universidad de Chile para convertirse en profesor de biología y química. Él era un muy buen lector, un hombre muy culto, entonces siempre teníamos acceso a libros que no necesariamente estaban en español, sino que en otros idiomas y de ahí viene el interés de aprender otras lenguas para conocer otras culturas y también esta idea de enseñar”.
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Educación y estudiantes
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Hiram Vivanco tiene una visión muy clara sobre cómo debiera ser la educación superior en Chile y también sobre cómo son hoy día los estudiantes en comparación con los de antaño.
“Yo me beneficié de lo que es la educación pública y gratuita y eso es lo que yo añoro para este país, que podamos volver a una educación pública de buen nivel y a la que pueda acceder cualquier chileno, prescindiendo de su condición socio económica. De hecho yo estudié gratuitamente y mi padre como profesor lo más probable es que en estos tiempos no hubiera podido educar a tres hijos en la universidad”.
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Y sobre las nuevas generaciones de alumnos, él ve una situación un poco ambigua. “Algo que marca en general a los jóvenes actuales es que buscan lograr las cosas con inmediatez, tener todo sin que importe mucho la calidad. Antes, cuando estudiaba, asignaban muchas lecturas y uno las leía porque no cabía otra cosa; ahora uno ve que los alumnos se van mucho por el resumen, existe Internet que facilita mucho eso de no llegar a las fuentes mismas y de hacer las cosas, yo diría, con el menor esfuerzo posible”.
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Pero al mismo tiempo, aclara, “igualmente hay alumnos que sí están muy interesados. Por ejemplo hace poco, nuestros estudiantes de Licenciatura de Lingüística y Literatura Inglesa organizaron un ciclo de charlas hecho por ellos mismos que tuvo una muy buena respuesta. Entonces uno ve por un lado una especie de relajo, pero también estas iniciativas donde presentan sus trabajos y reciben la opinión de sus compañeros”.
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SONAPLES hoy
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Desde 1994 a 2004, Hiram Vivanco tuvo la responsabilidad de presidir SONAPLES, y en 2011 recibió un homenaje de sus colegas. “Fue algo muy bonito porque es un reconocimiento de mis pares, de manera que aprecio mucho que me hayan considerado para aquella distinción”, dijo.
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Recordó también que el origen de la institución se remonta a los primeros años de la dictadura, cuando los colegios regionales de la Universidad de Chile se transformaron en universidades independientes y surgió la necesidad de reforzar a nivel institucional los vínculos entre las instituciones formadores de profesores de lenguas.
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“Todo partió en 1978 cuando hicimos un encuentro al que llegaron profesores de todo Chile y se creó la Sociedad Nacional del Profesores de Lenguas Extranjeras, pero resulta que durante la dictadura no era necesario ser universidad para formar profesores, entonces empezaron a aparecer otras instituciones que formaban profesores y eso hizo que tuviéramos que cambiar el nombre por el de Sociedad Nacional de Profesores de Lenguas Extranjeras en la Enseñanza Superior. Ese papel formador volvió con el tiempo a ser exclusivo de las universidades, entonces podría retomar su nombre original”.
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Sin embargo advierte que el nombre de la Sociedad también presenta un “conflicto” que ha sido objeto de estudios en los últimos años y que tiene que ver con la enseñanza de lenguas originarias que no entran en la categoría de “lenguas extranjeras”.
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“En estos tiempos no sería políticamente correcto decir, por ejemplo, que el mapudungun es una lengua extranjera, porque para un mapuche más bien el español es una lengua extranjera. Entonces hay un área medio confusa en cuanto a qué es una lengua extranjera en un país y son definiciones que en SONAPLES hemos abordado en distintas presentaciones. Por supuesto, son decisiones de tipo político que hay que tomar y que modificarían los estatutos de la sociedad”.
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Lo importante, explica, es mantener vivo el espíritu de una institución donde los académicos “pueden presentar sus trabajos, recibir la opinión de sus colegas y establecer vínculos para posteriormente desarrollar trabajos conjuntos, establecer ‘sociedades académicas’ con quienes, estando en otro lugar del país, desarrollan un trabajo similar, lo que es muy enriquecedor”.
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El rol del maestro
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Pensó algunos segundos cuando se le propuso elegir el título de un libro que considerara fundamental. “Es que son tantos...”, dijo, pero finalmente se inclinó por “Teaching and Learning English as a Foreign Language”, de Charles Fries.
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“Es un libro de los años 40 que marcó un hito en lo que es la enseñanza de lenguas. Uno podría decir que es muy antiguo, va para los 80 años, pero significó una verdadera vuelta de tuerca. Plantea muchas cosas que hoy día se consideran anticuadas, pero varias siguen teniendo plena vigencia, porque justamente ahí empezó a notarse la influencia de lo cultural en la enseñanza de lenguas”.
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Es una influencia cultural en la que ahonda a la hora de explicar el rol que cumplen los profesores en esta área.
“Por supuesto que hay una idea utilitarista muy legítima, donde alguien necesita, por ejemplo, estudiar inglés para comunicarse con sus contrapartes comerciales en otros lugares del mundo. Entonces uno dice bueno, la lengua dependerá de mis propósitos personales porque uno ve que hay un vínculo entre intereses profesionales, y lengua. Nosotros, sin embargo, entendemos que una lengua no es solamente la estructura gramatical, fonética y el vocabulario, sino que es cultura, es un vehículo de cultura. Entonces tenemos que entender que al enseñar una lengua estamos abriéndole la puerta a una persona para que conozca cómo piensan, cómo viven y cómo interactúan los hablantes que la usan, porque no podemos separar el lenguaje de la cultura, y en esto la visión utilitaria queda de lado”.
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Y si de consejos se trata, tiene muy claro el mensaje que le gustaría transmitir a las futuras generaciones de profesores y profesoras:
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“Mi consejo es que se preocupen de su rol de maestro, que más allá de que sean profesores o profesoras de inglés, francés, alemán, matemáticas, química, se preocupen de la formación del estudiante. Aquí es donde yo hago la distinción entre lo que es ser instructor y profesor: un instructor es el que enseña cosas; el maestro, el profesor, es quien forma personas. Un instructor quizás es muy bueno transmitiendo un conocimiento, pero difícilmente podrá cumplir el rol de formador. Hoy día una persona puede entrar a Google y acceder a mucha información ¿Pero qué pasa con su formación como persona? Eso tiene que hacerlo un individuo, y ese individuo es el maestro”.
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Por Gabriel Angulo Cáceres
Periodista